jueves, 21 de noviembre de 2013

Yo abandono

Me habló con sus patéticos labios manchados del carmín más rojo.
-Yo soy la más defensora de los animales, los protejo del frío en nombre de la ciencia, los cuido y los acuno si por la noche no pueden dormir por las mutaciones, y aunque sean moscas las preparo su papilla nutritiva y controlo sus vidas para que sean perfectas pues soy la más defensora de los animales. Yo tengo el poder, yo creo el saber, estas moscas son mías, no las toques, son necesarias para el Gran Avance. Soy toda bondad, canto canciones a los animales y me pongo contenta de tanto que los quiero. La la la. No estés en contra de la ciencia. Ven a bailar, la ciencia soy yo…
-Jamás tocaré tus manos grasientas, tú no eres la ciencia, no puedes serlo, prefiero la sangre de mil monstruos hambrientos. No me importa la vida de esas moscas, aunque quisiera besar a esos ratones tan blancos. El destino de estas moscas extrañas está en tus manos y el destino de la humanidad también. Si mueren unas muere la otra y no lo puedo permitir. Debes morir, tú y todo tu séquito terminaréis arrastrados por el barro de esa ciencia y las huellas que habréis dejado por el mundo terminarán por pisaros las orejas. Y entonces comprenderéis los límites, los conoceréis tanto pero ya será demasiado tarde para vosotros y vosotras que lo dais todo por un pintalabios desgastado…

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